Creada en 1923, esta organización ha pasado de ser un grupo de 20 representantes nacionales a contar entre sus miembros con prácticamente todos los países del mundo.
La mayor organización policial del mundo conmemora oficialmente su centenario, celebrando un siglo de cooperación policial internacional.
La Comisión Internacional de Policía Criminal, nombre primigenio de INTERPOL, se fundó en 1923 en un congreso policial celebrado en Viena (Austria) que reunió a representantes de 20 países.
En un contexto de posguerra marcado por la agitación geopolítica y la preocupación ante el aumento de la delincuencia internacional, los representantes convinieron en que solo la colaboración podría permitir a la policía combatir los peligros vinculados a la delincuencia transnacional, un objetivo común a lo largo de todos los periodos de tensión política o económica.
Convocado directamente por los mandos policiales, el Congreso de Viena estableció los principios fundacionales que siguen guiando la labor de INTERPOL en la actualidad: centrarse en herramientas prácticas para ayudar a los organismos encargados de la aplicación de la ley a combatir la delincuencia más allá de sus fronteras, y comprometerse con la neutralidad.
“Aunque el mundo ha experimentado profundas transformaciones en el último siglo, los principios fundacionales de INTERPOL son tan pertinentes en el contexto actual como lo eran en 1923”, declaró el Secretario General, Jürgen Stock.
“Por supuesto, las herramientas y tecnologías que utilizamos para ayudar a la policía de nuestros países miembros han evolucionado de manera espectacular, pasando de los códigos telegráficos al sistema I-24/7, nuestra red policial protegida, y de las huellas dactilares al reconocimiento facial”.
“Hoy día nos encontramos de nuevo en un periodo de perturbaciones mundiales, alimentadas por una digitalización y una inestabilidad geopolítica cada vez mayores. La necesidad de contar con una sólida cooperación policial internacional es más acuciante que nunca”, añadió el Secretario General.
A lo largo del último siglo, INTERPOL se ha convertido en una de las organizaciones más ampliamente reconocidas a escala mundial, aunque a veces no se entienda tan bien la función exacta que lleva a cabo.
Lejos de las imágenes de la cultura popular de “agentes de INTERPOL” que se precipitan por diversos países como una especie de fuerza policial supranacional, la realidad es que las competencias en materia de detención e incautación siguen correspondiendo exclusivamente a los organismos nacionales encargados de la aplicación de la ley.
En realidad, INTERPOL permite a la policía hacer frente a la delincuencia que se extiende más allá de sus fronteras nacionales, mediante la comunicación y la consulta de datos en el ámbito de los 195 países miembros de la organización, así como la utilización de una serie de ayudas técnicas y operativas.
El contexto actual, en el que la delincuencia reviste un carácter más mundial que nunca y los delincuentes actúan cada vez más en espacios en línea desprovistos de fronteras, confiere a INTERPOL una relevancia operativa aún mayor para las fuerzas del orden.
Por término medio, la policía consulta las bases de datos de INTERPOL más de 20 millones de veces al día, lo que supone 250 búsquedas por segundo.
A lo largo del año, la Secretaría General y los países miembros de INTERPOL organizarán una serie de actos y pondrán en marcha actividades destinadas a conmemorar el centenario.
Estos actos de conmemoración culminarán en Viena, ciudad que será una vez más la anfitriona de INTERPOL y recibirá a los dirigentes policiales de 195 países con ocasión de la 91ª reunión de la Asamblea General de esta organización.
2023 también será el primer año en que el mundo celebre el Día Internacional de la Cooperación Policial, designado por la Organización de las Naciones Unidas y fijado el 7 de septiembre, fecha en la que se creó la Comisión Internacional de Policía Criminal.
Esta jornada, aprobada por la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2022, supone un reconocimiento del papel fundamental que desempeña la comunidad mundial de las fuerzas del orden en la seguridad del planeta, y de la necesidad de seguir reforzando la cooperación internacional para prevenir y combatir la delincuencia transnacional y el terrorismo.
